Por José Jara / Foto: Photospor
Ya es chiste repetido, Los cruzados bajaron una nueva estrella en un encuentro que a ratos no demostró la importancia de una super copa, igual tuvo su cuota de emoción en las siempre tensas tanda de penales.
Llegó el día en que se definió una nueva Super Copa en el fútbol chileno. Universidad Católica llegaba como campeón vigente y Ñublense como el campeón del ascenso 2020 y ambos deberían dirimir quién iba a ser el ganador de un trofeo que se encontraba pendiente desde el año pasado.
El primer tiempo no tuvo emociones y claro, decepcionaba si tomábamos en cuenta lo que se jugaba en el verde césped del Ester Roa. Los primeros 45 minutos que si bien tuvieron algunas acciones llamativas, ninguna de estas fueron de gran peligro.
De hecho los goles llegaron recién en los 69 minutos con Federico Mateos y luego el empate de Fernando Zampedri en los 78 minutos desde el punto penal tras una mano cobrada desde el VAR de Rafael Caroca. Con esto el marcador quedó 1-1 en los 90 minutos.
Tras esto llegó la definición desde el punto penal ¿Lotería? vaya a saber uno, con los Cruzados siendo fuertes en los doce pasos al derrotar por 6-5 con gran actuación del meta Sebastián Pérez y la definición de Diego Valencia.
Con esto, la Universidad Católica se transformó en el equipo que más veces ha obtenido el trofeo con cuatro ocasiones, dos de ellas conseguidas en el Ester Roa. Pero los desafíos no paran para los cruzados que van por el tetracampeonato en un ajustado desenlace del torneo junto a Colo Colo.
Tras el partido, el técnico campeón, Cristian Paulucci comentó emocionado el encuentro. ” esto se lo dedico a mi hijo, que en realidad tuvo que sufrir la lejanía mía. A mi mujer que está en Santiago, a mi viejo, a mi familia en Argentina”. Además comentó que “Si hace diez años me hubiesen dicho que sería DT de Católica, seguramente estaba loco”, remató.